A muchos de vosotros en tutorías o en encuentros con nosotras os asaltan dudas acerca de los peques como es normal, todos las tenemos. En este nuevo post os queríamos hablar del sueño infantil.

Para empezar, adjuntaremos la tabla que elaboró La American Academy of Sleep Medicine, AASM (La Academia Estadounidense de la Medicina del Sueño), que refleja las necesidades diarias de sueño de los peques.

Como podéis ver en la tabla, la cantidad de sueño varía en función de la edad, pero para asegurar una buena calidad de sueño os recomendamos seguir esta pauta orientativa del promedio de horas que debe dormir un niño según su edad. Pero en muchas ocasiones, por la vida que llevamos, nuestros peques no duermen las horas necesarias. Que ellos no tengan una rutina nocturna regular, trae consigo problemas de comportamiento y/o salud como irritabilidad, dificultad para concentrarse, hipertensión, obesidad, dolores de cabeza y depresión. Sin embargo, los niños que duermen bien tienen sistemas inmunitarios más sanos y un mejor rendimiento académico, comportamiento, memoria y salud mental. Por ello creemos que es muy importante crear unos hábitos saludables para dormir.

A continuación, os daremos algunas recomendaciones para crear HÁBITOS DE SUEÑO SALUDABLES que ayudará a mejorar el sueño a los peques

1. Ambiente para dormir:

  • Una temperatura estable (18-23 grados centígrados) y la oscuridad ayudaran a conciliar el sueño de día y de noche.
  • No llenar la cama del peque con juguetes. Puede tener algo para disminuir la ansiedad de la separación a la hora de ir a dormir como un peluche, mantita de apego o algo similar.
  • Mantener la cama o cuna en un lugar seguro para dormir en vez de para jugar. Además, si tenemos la posibilidad, es aconsejable que la habitación solo se utilice para dormir, de esta forma el peque asociará inmediatamente el dormitorio con sensaciones positivas, placenteras y relajantes, que incitan al sueño y el descanso.

2. Establecer rutinas de sueño:

Hemos oído muchas veces que las rutinas para los peques son imprescindibles, pues en el sueño también lo son ya que les permitirán experimentar una correcta transición entre el movimiento del día y la tranquilidad del estado de sueño (intenta evitar en este momento cosquillas o juegos que puedan alterarle). Estas rutinas para ir a dormir deben comenzar a establecerse a edades tempranas. Alrededor de las 6 y 8 semanas, el bebé ya está preparado para comenzar una rutina fija todas las noches.  La misma hora para despertarse y para la siesta ayudarán al peque a sentirse seguro y confortable.  Ahora indicaremos unas buenas rutinas que ayudarán a que la hora de dormir sea fácil.

Cómo lo hacemos

  • La rutina de sueño comienza con el ritual de irse a la cama que será baño, pañal (si usa), pijama, cena, (si no usa pañal, ir al baño a hacer pis) y lavarse los dientes, y luego esperaremos un ratito corto de unos 15 minutos, no mucho más, antes de ir a dormir.
  • Después le llevaremos a la habitación. Es aconsejable que la persona que realiza la rutina de sueño sea la misma hasta que se duerma.
  • Crearemos un ambiente tranquilo en la habitación, bajaremos la persiana y podemos leer un cuento o cantar una canción, un beso y abrazo de buenas noches, no alargaremos mucho este momento. A continuación, acostaremos al peque en la cama sonriéndole y diciéndole por ejemplo “a dormir”. Es posible que los primeros días tarde más tiempo en dormirse, pero con el paso de los días cada vez tardará menos en dormirse ya que conoce la rutina y esta se vuelve en un hábito.
  • Si nuestro peque tiene tomas durante la noche:
    • La última toma debería terminar entre 15-30 minutos antes de acostarse.
    • Las tomas de antes de dormir por la noche y antes de la siesta se harán fuera de la habitación.
    • Las tomas nocturnas, sí las haremos en la habitación y de la siguiente manera: nos sentaremos en la cama o en una silla procurando que el bebé no esté muy cómodo. Cuando la succión es más lenta y esta pierde fuerza, es el momento para sacarle la succión ya que es síntoma de que esta adormilado. En ese momento le llevaremos a la cuna y será ahí donde terminará de dormirse.
  • Al despertar por la mañana y después de la siesta también crearemos una rutina. Por ejemplo, levantar la persiana saludando alegremente con un “buenos días ” o “buenas tardes”. También una buena idea es anticiparles lo que harán como vestirse, desayunar, ir al baño o cambio de pañal, merendar, …
  • Consejos para la hora de la siesta
    • Si fijamos dos horas de siesta para dormir y vemos que ha conciliado el sueño diez minutos antes de que acabe la hora de la siesta, dejaremos que duerma como mucho una hora.
    • Si se despierta antes de haber dormido una hora y el peque está tranquilo en la cama, no acudiremos si no protesta. Si lo hiciera le atenderemos acompañándole hasta que al menos consigamos que haya descansado una hora. De no conseguirlo, damos por terminada la siesta.
    • En el caso de que la siesta dure menos de 45 minutos es posible que haya que adelantar la hora de dormir por la noche.

3. Sea activo durante el día

Es recomendable que los peques tengan actividad durante el día, incluyendo la actividad física y el aire libre. Demasiada televisión y una vida demasiada sedentaria no ayudan a conseguir un buen descanso.

Sin embargo, no hay que olvidar que el ejercicio es estimulante, por lo que hay que evitar actividad física en los peques una hora antes de dormir, ya que de lo contrario entrarán en estado de alerta y les costará más conciliar el sueño.

también hay que evitar programar demasiadas actividades, ya que si acostamos al peque muy cansado pude ser que le cueste conciliar el sueño.

4. Se recomienda no tener televisores, ordenadores, teléfonos y tabletas en la habitación de los niños, especialmente en la noche.

Es aconsejable establecer límites incluso antes de ir a dormir y apagar todas las pantallas por lo menos 1 hora antes de dormir.

PROBLEMAS MAS COMUNES A LA HORA DE DORMIR

Es importante identificar los problemas del sueño en estas edades. Los más comunes que suelen aparecer en los peques son, dificultad para dormirse solos y/o despertarse durante la noche. Por ello, os vamos a indicar unos pasos a seguir para adquirir un nuevo aprendizaje para dormir y los practicaremos en las siestas, a la hora de dormir y cada vez que el peque se despierte durante la noche.

¿Cómo enseñar a los peques a dormirse solos?

  • Es aconsejable que las dos primeras semanas los horarios que se llevan sean idénticos y que la persona que se acuerde que le acompañe mientras se esté durmiendo sea la misma. En caso de que sea necesario acudir se pueden establecer turnos, pero siempre con las mismas indicaciones y en el mismo orden.
  • Esta estrategia es un proceso de separación gradual que implica que los padres interactúen menos y disminuyan el contacto físico. Si seguís esta estrategia podréis comprobar como a los pocos días el peque comienza a cambiar sus hábitos de sueño.
  • Durante las tres primeras noches os sentaréis en frente de su cama y realizareis el ritual que os indicamos anteriormente: bajar la persiana, contar un pequeño cuento y darle un besito de buenas noches. A continuación, le diremos una frase corta por ejemplo “a dormir, o “buenas noches” y saldremos de la habitación. Antes de irnos le diremos “ahora vengo” o “vuelvo enseguida”.  La frase que elijamos debe ser corta y sencilla y será la que le repitamos cuando se le acueste, o tantas veces que se despierte durante la noche. Si hemos entrado en la habitación porque ha protestado o llorado, nos sentaremos en la silla sin hablarle, solo diciendo la frase que hemos elegido en un tono bajo, pero sin ser repetitivo. No volveremos a salir de la habitación mientras se esté durmiendo.
  • Desde la cuarta hasta la sexta noche haremos el mismo ritual, pero colocando la silla que utilices para sentarte hacia la pared. Un consejo, para poder mantener la situación controlada y te resulte más sencillo puedes cerrar los ojos. Con ello evitaremos el contacto visual con el peque cuando intente interactuar con nosotros. En este momento podremos repetir la frase que elegimos si lo vemos necesario.
  • Entre la séptima y novena noche cambiaremos la posición de la silla, la alejaremos un poco de la cama y si podemos nos sentaremos mirando hacia la ventana. Seguiremos las mismas directrices que en la etapa anterior, intentando calmarle simplemente con la frase que elegimos.
  • Las noches que abarcan de la décima a la duodécima moveremos la silla a la entrada de la habitación. Aún podrás ver al peque, pero lo ideal sería no intervenir en cada instante para calmarle.
  • Desde la siguiente noche en adelante sacaremos la silla fuera de la habitación. Ahora si llora o protesta le atendaras desde la puerta dándole la seguridad de que estas allí con tu voz. Iras dilatando los tiempos en acercarte cuando proteste para que vaya aprendiendo a calmarse solo. Este proceso suele ser el más costoso pero la constancia es muy importante. No se debe dejarse llevar por la angustia y la culpa, teniendo la certeza, firmeza y confianza acompañado al peque en este proceso de aprendizaje.

Para finalizar diremos que pueden aparecer pequeños retrocesos como despertarse más de lo habitual pero no hay que preocuparse ya que es muy normal en los procesos de aprendizaje en estas edades. Debemos tener claro que nuestro objetivo es que el peque aprenda a dormirse solo sin necesidad de la intervención del adulto, que con ello se mantendrá la armonía familiar y lo más importante los múltiples beneficios para nuestro pequeño.

Buenas noches y felices sueños.

Yaiza López

Yaiza López