¡Hola a tod@s!
Después de un largo descanso por las vacaciones de verano y ya superado el periodo de adaptación ¡por fin puedo escribiros de nuevo!
En esta ocasión quiero hablaros, como os podéis imaginar por el título del artículo, de cuentos. Soy una enamorada del cuento o el álbum ilustrado y cuando puedo o tengo tiempo disfruto yendo a la sección infantil y juvenil de las librerías, aunque lo mejor es cuando puedo ir a “La Mar de Letras”, mi librería favorita, para ver qué hay de nuevo.
La podéis encontrar en pleno centro de Madrid, en una calle entre el Mercado San Miguel y Ópera.
Quiero compartir con vosotros algunos de los cuentos que sin buscarlos he ido descubriendo, me he ido encontrando por casualidad (aunque creo que las casualidades no existen) y que para mí son especiales. Ya sea por sus ilustraciones, la temática que tratan, su manera de contar una historia o por todo a la vez, pero que todos ellos nos pueden llevar a desear un mundo mejor, soñar que todo es posible y sobre todo volver a mirar con ojos de niños…
Los cuentos para mí no son sólo cosa de niños, sino que nos ayudan a mirar a los niños de otra manera, a poder entenderlos y a poder disfrutar como ellos mientras los leemos. Nos ayudan a ver la vida con otros ojos, desde otra perspectiva, y con la sencillez que los niños tienen y que nosotros hemos ido perdiendo, según hemos ido creciendo.
Bueno, ahora sí ¡comenzamos!
Su protagonista es Mara, una niña distinta a los demás y con una autoestima a prueba de bomba, que sabe afrontar con imaginación y optimismo las burlas de los otros niños por sus características físicas, su forma de vestir o su pobreza.
Cuando los niños de su barrio se ríen de ella porque tiene las orejas grandes, Mara pregunta a su madre si es verdad, y su madre le da una respuesta para que pueda ofrecer a los niños que se burlan de ella: “No, hija, tienes orejas de mariposa”.
Esa es la contestación que Mara da a los niños ante cualquier crítica que recibe de ellos, ya sea por su físico, porque no tiene dinero, por cualquier cosa. Los niños son tan naturales y espontáneos que la realidad que ven la dicen sin más, sin darse cuenta que pueden herir los sentimientos de la otra persona…
Durante el cuento Mara utiliza la respuesta que su madre le dio para responder a los niños, pero lo precioso de la historia llega al final cuando ella, a pesar de todo lo que los niños le van diciendo, termina aceptando que sí tiene las orejas grandes pero sin importarle nada. ¡¡Qué hermoso es descubrir que todos somos diferentes y que cada uno con nuestras peculiaridades las podamos aceptar porque eso nos hace únicos e irrepetibles!!
Tuve mucha curiosidad por verlo en seguida, ya que me gustaron mucho las ilustraciones que utilizó su autora en “El monstruo de colores” y quería ver cómo serían en este cuento. Nada más empezar a leerlo, me vinieron a la memoria dos amigos que son pareja porque les retrataba fielmente, y ¿por qué digo esto? Ahora lo descubriréis, seguramente algunos de vosotros también os sintáis identificados…
Este cuento nos muestra a dos personajes, a Lolo, un bicho bola, y a Rita, una luciérnaga. Los dos son muy distintos, pero a pesar de sus diferencias en la forma de ser de cada uno, se quieren y disfrutan compartiendo su particularidad.
Hasta que un día lo que le gustaba del otro ya no le parece tan bueno y lo ve como un problema para seguir la relación con esa persona… esto nos pasa a todos en nuestras relaciones, ya sea con nuestra pareja, con un amigo,… al principio todo parece bueno, pero cuando pasa el tiempo, empezamos a ver lo que no nos gusta de la otra persona…
Lo bonito del cuento es que pasado el momento de enfado, por ver que la otra persona no es como nosotros queremos, empieza el amor de verdad, donde aceptas al otro tal y como es, lo amas sin condiciones, sin querer cambiarlo…y ese amor es para siempre.
Al protagonista le encantan los colores, las formas, las texturas y TODO lo que le inspira, sus calcetines, lo que guarda en la nevera… ¡ni su gato se escapa de una buena mano de pintura! Pero solo hay un problema, su madre, que no se muestra tan entusiasta como él.
El carismático protagonista de este libro tiene una inspiración desbordante y un gusto desmesurado por los frescos, los colores, las texturas y el movimiento. No hay pared o habitación que se le resista, para él su casa y el mundo entero es un grandísimo lienzo en blanco. Vestido como Picasso y con los bigotes de Dalí, irá arrasando con todo lo que encuentra a su paso, todo le inspira.
A través de una anécdota sencilla, la autora consigue reflejar y positivizar el espíritu caótico de la creatividad infantil. Un libro que no juzga a ninguno de sus protagonistas –esa pobre madre agotada con la que cualquier padre o madre podrá sentirse identificado- y que nos permite entender ambas posiciones. Una ambivalencia que consigue reforzar la dulzura de la tierna relación entre madre e hijo.
Trata esta enfermedad con mucha delicadeza, con mucho humor y alegría, viéndola a través de los ojos de su nieto Juan, que al principio no entiende lo que le pasa a su abuelo.
Cuando Juan ve que su abuelo hace cosas raras, como meter el pollo en la lavadora o confundir toallas con servilletas, quiere ayudarle con sus despistes. Se dedica a hacer tarjetas con los nombres de las cosas de la casa, dedica tiempo a ver fotos antiguas para que no se olvide de su familia, Juan haría lo que fuera para que su abuelo no olvidase las cosas, lo que fuera.
Es preciosa la relación que Juan establece con su abuelo, llena de cariño, regalándole su tiempo, a pesar de que al principio el hecho de que su abuelo se mude a vivir con ellos supone que sus padres le dediquen menos tiempo. Como muestra el cuento la enfermedad de un ser querido te cambia la vida, y es necesaria un entrega y una dedicación absoluta, pero también te regala momentos en el día a día llenos de muchas cosas buenas.
Creo que es fundamental contar siempre la verdad a los niños, aunque haya temas duros o difíciles, como pueden ser la enfermedad, una pérdida, la muerte o una separación. Contar con cuentos como este nos ayuda a los adultos a que sea más fácil.
Y hasta aquí la primera entrega sobre cuentos, espero que os haya gustado…
Continuará…
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Q interesante Corona!!! Muchísimas gracias, lo pondré en práctica con el enano!!!! Te voy a hacer caso y leeré alguno de estos cuentos, tienen muy buena pinta y, x q no? Veamos la vida como cuando éramos niños q la vida de adulto es muy aburrida!!!!
¡Muchas gracias Lorena! ¡La verdad que merece la pena leerlos! 🙂
Gracias Coro, yo también soy una enamorada de los cuentos.
¡Gracias Paloma! ¡Que vivan los cuentos! 🙂
Coro, muchas gracias por compartir estas recomendaciones, tomamos buena nota, que algunos de estos cuentos todavía no los hemos leído! 🙂
¡¡Muchas gracias Guille!! ¡¡Espero que os gusten!! 😉
Coro muchisimas gracias por estas recomendaciones, me dan ganas de ir ahora mismo y comprar todo los libros, son preciosos!!!!
A mi tambien me encantan los libros y creo que son super importantes para la educacion de los niños, aunque a veces lo que me falta es tiempo para buscarlos y renovar…….
Muchisimas gracias y esperamos nuevas entradas de libros.
¡¡Muchas gracias Virginia!! 🙂 La próxima entrega esperamos que se publique este mes!!
Genial Corona!! me encanta el álbun ilustrado y los cuentos y no solo para niños sino también para adultos y novelas gráficas. Con esto de tener dos peques siempre estoy buscando y mirando en la biblioteca. La librería a la que suelo ir es el dragón lector y me encanta. Intentare pasarme por mar la mar de letras. Y seguirés tus consejos y ya te preguntare cuando busque algo concreto.